“Un hijo no debería ser medido por sus padres solo por las calificaciones
que obtenga”
Con esta frase empezamos una de las sesiones que cada lunes tienen
lugar en nuestro colegio dentro de la escuela para padres.
Uno de los temas que tratamos fue el PRIMER SUSPENTO y la
actitud que debemos tomar ente el.
Lo primero que vimos es que ante el primer suspenso no
podemos perder el norte. Un suspenso es solo eso, no es un futuro oscuro y
desalentador, como la mayoría de nosotros pensamos.
La vida no puede girar en torno a las notas. Nuestros hijos
son mucho más que unas calificaciones.
Comportamientos indicados ante el primer suspenso serían los
siguientes:
-
Descargar la atmósfera de tragedia
-
Animarles a que consigan el resultado que se proponen
porque valen y están trabajando y esforzándose
-
Evitarles toda sensación de angustia, temor o rechazo
ante las pruebas que van a realizar
-
Afirmarles en lo que valen y confiar en ellos
ofreciéndoles la seguridad que tanto necesitan es esas circunstancias
-
Tener algún detalle que a los hijos les guste y
aprecien de manera que produzca un cierto alivio en la ansiedad flotante que
invade el hogar (¡ojo¡ tener un detalle no es comprarle el Iphone 5 sino
hacerles la cena que les guste, ver en la tele su programa favorito juntos…)
Actuando de otra manera solo conseguiremos disminuir la
autoestima de nuestro hijos y empobrecer su nivel de aspiraciones.
Estuvimos viendo como del primer suspenso también se puede
sacar provecho si aprendemos de el. Frustrarse les ayuda a crecer siempre que
le ayudemos a distinguir entre el suspenso en esa materia en concreto y otras
cosas mucho más importantes.
El amor por nuestros hijos debe ser incondicional y ellos
deben saberlo. Esta idea ha salido a colación en muchas de las sesiones, el
amor sin condiciones, el quererles pese a todo, y que lo sepan, es fundamental para que su autoestima crezca
sana.
Nuestros hijos no son una nota. Tenemos que tener mucho
cuidado con lo que les decimos porque al final ellos pueden acabar
creyéndoselo. No podemos presionarles ya que la presión no es buena para nadie.
Hay que motivarles y creer en ellos. No podemos transmitirles ni miedo ni
agobio teniendo siempre claro que hay vida mas allá del suspenso.
Conclusión: Los suspensos son cosas de un instante, el
crecimiento y la madurez personal asunto de toda una vida.
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