martes, 20 de noviembre de 2012

EL PRIMER SUSPENSO





“Un hijo no debería ser medido por sus padres solo por las calificaciones que obtenga”

Con esta frase empezamos una de las sesiones que cada lunes tienen lugar en nuestro colegio dentro de la escuela para padres.

Uno de los temas que tratamos fue el PRIMER SUSPENTO y la actitud que debemos tomar ente el.

Lo primero que vimos es que ante el primer suspenso no podemos perder el norte. Un suspenso es solo eso, no es un futuro oscuro y desalentador, como la mayoría de nosotros pensamos.

La vida no puede girar en torno a las notas. Nuestros hijos son mucho más que unas calificaciones.

Comportamientos indicados ante el primer suspenso serían los siguientes:
           
-         Descargar la atmósfera de tragedia
-         Animarles a que consigan el resultado que se proponen porque valen y están trabajando y esforzándose
-         Evitarles toda sensación de angustia, temor o rechazo ante las pruebas que van a realizar
-         Afirmarles en lo que valen y confiar en ellos ofreciéndoles la seguridad que tanto necesitan es esas circunstancias
-         Tener algún detalle que a los hijos les guste y aprecien de manera que produzca un cierto alivio en la ansiedad flotante que invade el hogar (¡ojo¡ tener un detalle no es comprarle el Iphone 5 sino hacerles la cena que les guste, ver en la tele su programa favorito juntos…)

           
Actuando de otra manera solo conseguiremos disminuir la autoestima de nuestro hijos y empobrecer su nivel de aspiraciones.

Estuvimos viendo como del primer suspenso también se puede sacar provecho si aprendemos de el. Frustrarse les ayuda a crecer siempre que le ayudemos a distinguir entre el suspenso en esa materia en concreto y otras cosas mucho más importantes.

El amor por nuestros hijos debe ser incondicional y ellos deben saberlo. Esta idea ha salido a colación en muchas de las sesiones, el amor sin condiciones, el quererles pese a todo, y que lo sepan, es  fundamental para que su autoestima crezca sana.

Nuestros hijos no son una nota. Tenemos que tener mucho cuidado con lo que les decimos porque al final ellos pueden acabar creyéndoselo. No podemos presionarles ya que la presión no es buena para nadie. Hay que motivarles y creer en ellos. No podemos transmitirles ni miedo ni agobio teniendo siempre claro que hay vida mas allá del suspenso.

Conclusión: Los suspensos son cosas de un instante, el crecimiento y la madurez personal asunto de toda una vida.




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